El climaterio y la andropausia no son el fin de la vitalidad, sino el comienzo de una etapa donde cuerpo y mente buscan un nuevo equilibrio.
En las mujeres, este proceso marca la transición hacia la menopausia, y en los hombres, se manifiesta por la baja progresiva de testosterona. Ambos cambios son fisiológicos, pero sus síntomas pueden afectar el bienestar si no se abordan desde una mirada integral.
Los sofocos, la disminución del deseo sexual, el insomnio, la irritabilidad o la fatiga persistente no son simplemente “cosas de la edad”. Son señales del cuerpo que pueden mejorar enormemente si se acompañan con estrategias personalizadas: una alimentación antiinflamatoria, actividad física regular, regulación del sueño, trabajo emocional, y cuando es necesario, un enfoque en terapia hormonal bioidéntica.
La medicina funcional propone ver al cuerpo como un sistema interconectado. En esta etapa, se trata de restaurar la energía, el deseo, el descanso y la calidad de vida desde la raíz, no tapando síntomas sino entendiendo sus causas.
El climaterio y la andropausia pueden ser una oportunidad para reconectar con uno mismo, explorar nuevas formas de bienestar y redescubrir el placer de cuidar el cuerpo con conciencia.